Problemas en las habilidades sociales o pragmáticas
¿Qué es eso de Pragmática del Lenguaje?
Cuando hablamos de pragmática nos referimos al uso del lenguaje en el contexto social con el fin de comunicarnos entre nosotros. Algunos ejemplos del uso del lenguaje pragmático en nuestra rutina diaria son: el saludar, solicitar información, presentar una queja, hacer peticiones y mantener una conversación. La pragmática es una parte importante de nuestras habilidades sociales.
¿Qué son las Habilidades Sociales?
Las Habilidades Sociales son todas aquellas habilidades que necesitamos para nuestro desempeño social. Esto Incluye las habilidades relacionadas con la comunicación (habilidades pragmáticas), pero también incluye habilidades relacionadas con las emociones o funciones cognitivas complejas como la teoría de la mente. Nosotros usaremos de ahora en adelante el término general Habilidades Sociales para referirnos a todas habilidades y funciones.
Dos ejemplos de problemas en las habilidades sociales
Pensemos en esta situación: Estás en la calle con una amiga. Ella saca su teléfono móvil y te dice “Mira qué móvil me he comprado!“. Puede que te parezca sencillo saber qué responde a esta situación o quizás lo haces de forma natural sin pararte a pensar en ello.
Aunque parezca sencillo responder a esta situación es muy complejo.
- Tengo que darme cuenta que los demás esperan de mí que haga un comentario.
- Si hago un comentario tiene que ser adecuado. Si decimos “Pues muy bien” pueden tomarnos por bordes. Si digo “!Ostraaaaas! Que pasada!!!!!”, puede que sea demasiado para esa situación. Sería más adecuado continuar con “vaya se parece al mío, ¿son el mismo teléfono? Vamos a mirarlo”.
- Todo esto,sin planificarlo, es decir, siendo espontáneos y en cuestión de segundo.
- Además, sin contar con reglas que sirvan para todas las situaciones, temas o personas.
Ahora pensamos en una situación completamente diferente. Nuestro hermano nos pide que llevemos su coche al taller, está cerca de tu trabajo. Siempre estamos echándole una mano, desde niños. Tiende a ser despistado y alocado, por lo que suele tener problemas con facilidad. Pero es muy zalamero y siempre tiene suerte, por lo que las cosas le van bien. En cambio, tu no paras de esforzarte y la suerte parece que te esquiva. Llevarle el coche al taller no es un problema pero estás harto/a de “sacarle las castañas del fuego”, piensas en decirle que no, pero es tu hermano. Una batalla interna de desata en tí, no saber cómo decirle que no. al final acabas haciéndolo, acompañado/a de un dolor de cabeza que parece no querer abandonarte.
Nuestra forma de comunicarnos es clave en nuestra vida
La imagen que damos, depende mucho de cómo nos comunicamos. Especialmente, en la adolescencia; pero también situaciones diarias como entrevistas de trabajo, las relaciones de pareja o las reuniones familiares.
Las personas con dificultades pragmáticas, tras experimentar situaciones sociales frustrantes o conflictivas de forma continuada acaban por sentirse diferentes. Quizás no sepan si los demás les entienden cuando se expresan, puede que duden de las intenciones de los demás o que no comprenden porqué las otras personas les dicen que no reaccionan de forma adecuada.
Con frecuencia, estas personas son conscientes de sus dificultades sociales. Pero saberlo no ayuda a encontrar la solución, solo a sentirse más inadecuado/a. La respuesta final puede ser muy variable. Algunas personas pueden ponerse a la defensiva, respondiendo de forma más o menos agresiva o brusca; Otras puede evitar los contactos sociales o permanecer en segundo plano, están cansados de fallar y sentirse incomprendidos, prefieren alejarse de los demás. Otros simplemente no tienen interés en continuar haciendo esfuerzos para solucionar estas situaciones.
Es importante que tengamos en cuenta que las habilidades sociales se aprenden de forma natural desde que nacemos, aunque vamos perfeccionándolas a lo largo de la vida. No obstante, si la persona no las ha ido aprendiendo de forma natural es porque algo limita ese aprendizaje. Por tanto, necesitará una ayuda específica para poder aprender o alcanzar a los demás en el desarrollo de estas habilidades. sin una ayuda específica, la persona no conseguirá por sí sola mejorar estas habilidades.
¿Quienes tienen problemas en las habilidad sociales?
Muchas personas, muy diferentes.
Por ejemplo, los niños que presentan Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), incluido el síndrome de Asperger, y los que presentan déficits de atención (TDAH), con mucha frecuencia presentan dificultades que afectan a su habilidad para conversar e interactuar socialmente. Los fallos en las habilidades sociales son consecuencia en este caso de dificultades que están presentes desde el nacimiento (Trastornos del Neurodesarrollo). Las dificultades se presentan de diferente manera, pero quizás en el ámbito social es dónde las percibimos de forma más clara.
También podemos observar fallos en la habilidades sociales en personas con miedos intensos, ya sean específicos (fobia social) o genéricos (ansiedad generalizada). Por otra parte, las personas con inestabilidad emocional o Trastornos de Personalidad presentan dificultades en estas habilidades.
Los fallos en las habilidades sociales no solo tienen que ver con no saber cómo responder. También pueden estar ocasionados con el uso de la misma estrategia de respuesta de forma inflexible, con respuestas emocionales que nos cuesta gestionar en las situaciones sociales, con malas interpretaciones de los comportamientos de los demás, etc.
Como comentamos al principio hay muchas diferencias entre unas personas y otras pero los resultados suelen ser similares. Relacionarnos con los demás es inevitable en nuestra vida. Mejorar nuestras habilidades sociales puede aumentar nuestra satisfacción las situaciones sociales y, por tanto, mejorar nuestro bienestar y nuestra satisfacción vital.
[wp_show_posts id=”6096″]