Dejar de fumar, ¿por qué es tan difícil?
Muchas personas tratan de dejar de fumar sin éxito. Esto les lleva a platearse la pregunta de si es posible dejar fumar. La respuesta es sí, no importa cuantas veces lo hayas intentado. Entonces, ¿por qué es tan difícil dejar de fumar? A continuación tratamos de explicarlo.
¿Por qué fumamos?
El consumo de tabaco es una conducta compleja que se explica sobre la base de dos grandes factores: por un lado, la adicción física y por otro, la continuidad de la acción de fumar que lo convierte en un hábito (hábito comportamental).
Adicción Física
La adicción física es debida a la nicotina que contiene el tabaco. Al fumar, se produce un aumento inmediato de la tasa de nicotina en sangre provocando una serie de efectos sobre el organismo. Transcurrido un tiempo, que oscila entre media hora y una hora, los niveles de nicotina en sangre van descendiendo y empiezan a notarse sensaciones de malestar que sólo desaparecerán cuando vuelvas a fumar. Es, en este momento, cuando aparece la urgencia por fumar y la necesidad de “restablecer” los niveles de nicotina.
Hábito de comportamiento
Práctica. Fumar un cigarrillo se convierte en un hábito debido fundamentalmente a la práctica. Pocas cosas realizamos con tanta frecuencia. Después de una práctica tan importante, la conducta de fumar acaba por automatizarse, lo que significa que ya no es necesaria tu decisión. Así, en numerosas ocasiones, te encontrarás fumando sin saber por qué, o encendiendo un cigarrillo cuando todavía tienes otro en el cenicero.
Asociación. Otro aspecto importante es la cantidad de cosas que haces fumando a lo largo del día. La asociación del cigarrillo a numerosas actividades conlleva que, el mero hecho de realizarlas, te provoque el deseo de fumar.
Refuerzo. La conducta de fumar se mantiene porque cada vez que fumas obtienes consecuencias positivas, tales como: sensación de placer, de relajación, alivio de los síntomas de abstinencia, etc.
Dejar de fumar es un proceso en el que tendrás que aprender
a realizar tus actividades cotidianas sin tabaco. Tendrás que
aprender a “desaprender”. Y esto no siempre es fácil.
¿Quiénes lo tienen más difícil para dejar de fumar?
Hoy día sabemos que ha algunos indicadores de eficacia de los tratamientos para dejar de fumar: tener una alta motivación, buena preparación para el cambio, especialmente cuando la persona está preparada para dejar de fumar en el siguiente mes, autoeficacia moderada o alta y disponer de una buena red de apoyo social, especialmente en casa, con amigos, en el trabajo y en los lugares donde sale o se relaciona habitualmente.
Si quieres conocer tu grado de dependencia a la nicotina has click aquí.
Por el contrario, ha otras características que indican que a la persona le resultará más difícil dejar de fumar: tener una alta dependencia de la nicotina (como le ocurre a aquellas personas que fuman más de 20 cigarrillos al día), haber tenido un claro síndrome de abstinencia cuando se ha dejado de fumar en el pasado y fumar el primer cigarrillo poco tiempo después de despertarse.
Hay algunas situaciones que se lo ponen más difícil al fumador para dejarlo: tener un alto nivel de estrés, especialmente si éste se ha mantenido a lo largo del tiempo o coincide el periodo de abandono con acontecimientos vitales estresantes como cambio de trabajo, de localidad, amigos, tener problemas conyugales, divorcio, problemas con los hijos, etc.
Finalmente, también lo tendrán más difícil aquellas personas que presenten algún otro trastornos, especialmente si tiene problemas de dependencia del alcohol, esquizofrenia o si tiene o ha tenido depresión.
Por qué es importante el psicólogo para dejar de fumar
En primer lugar y porque, más allá de la dependencia física, fumar es un hábito, una conducta. Los psicólogos son los profesionales especializados en conducta por lo que serán tus mejores aliados para conseguir este objetivo. Algunas de las claves para que los fumadores consigan abandonar el hábito son: conseguir una elevada motivación y disponer de estrategias para enfrentarse a las situaciones-problema y conocer los estímulos elicitadores de la conducta. El psicólogo es el profesional mejor preparado para ayudar a la persona a conseguirlo.
Tratamientos para dejar de fumar
En ocasiones y, generalmente asociado a un alto grado de dependencia a la nicotina, el tratamiento psicológico por si solo no es suficiente para dejar de fumar. En estos casos se hace necesario utilizar otro tipo de tratamientos, entre los que destacan por su eficacia en el momento actual, los tratamientos farmacológicos y dentro de ellos los sustitutivos de la nicotina y el bupropion. Estos productos aparecen en el mercado con diferentes presentaciones (chicles, parches, spray nasal, comprimidos, etc.) y nombres comerciales.
Será tu médico el que, valorando las características de tu hábito tabáquico, tu historia clínica y los resultados de la exploración, te indique el producto y la dosis más adecuada para tí.
La combinación de ambos tratamientos, psicológico farmacológico, es clave para que el tratamiento sea eficaz.