Ser vulnerable: ¿defecto o virtud?
En el momento en que una situación nos hace sentir vulnerables, la reacción más instintiva es hacer todo lo posible para escapar de ella. El impulso de rechazar, a veces cueste lo que cueste, lo que sea que amenaza nuestra sensación de seguridad es natural. Es un aspecto inherente de nuestros instintos de supervivencia. La pregunta, sin embargo, es: ¿cuáles podrían ser las consecuencias finales de no afrontar lo que puede interpretarse como peligroso?
¿Por qué evitamos afrontar?
Si bien la evitación puede ser instintiva, aplicarla a todo lo que nos incomoda puede limitarnos, puede impedir que alcancemos nuestro potencial (metas, objetivos y sueños). Por tanto tendríamos que preguntarnos a nosotros mismos, ¿es nuestra evitación personal tan avanzada como para “ganarnos” la partida? Y si es así, ¿cómo podríamos disminuir este hábito?¿podemos afrontar más de lo creemos?
La mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que la cualidad esencial para superar la evitación es el coraje o la valentía. Es lo decimos de aquellas personas que son capaces de afrontar peligros y situaciones difíciles. Paradójicamente, para considerar que esta características está presente es necesario que previamente el miedo o ansiedad ante dicha situación. Lo que define a una persona con coraje o valentía es su capacidad para no retroceder a pesar del inmediato de miedo o ansiedad que pueda producirle una determinada situación.
Por ello, si usted es una de esas personas que evita, ¡felicidades! Se encuentra en el paso inicial para ser valiente, para tener coraje. Solo necesita saber las claves para conseguir afrontar aquellos que teme. Tiene que aprender a liberarse de aquellos lastres que limitan que pueda vivir su vida como quiera vivirla. Veamos cómo podemos dirigirnos desde este primer paso hacia el afrontamiento en lugar de dirigirnos hacia la evitación.
Afrontar no es ser temerario
La valentía o coraje son los sentimientos que experimentamos tras afrontar las situaciones que nos producen emociones de vulnerabilidad como el miedo y ansiedad. Pero no debemos confundirlo con la temeridad. La temeridad está relacionada con actuar de manera impulsiva, sin tener en cuenta las posibles consecuencias que pueden tener nuestros comportamiento. Aunque la temeridad a veces se asocia al coraje o a no tener miedo, realmente está más cerca de la imprudencia que de la valentía.
Por tanto no se trata de ir a la caza de situaciones complicadas para afrontarlas. Se trata de saber diferenciar si nuestra evitación de una determinada situación nos hace bien o nos limita. Y en el caso de que nos limite, sabe cómo afrontarla para seguir adelante.
¿Qué nos impide afrontar una determinada situación?
Es posible que si en el pasado has pasado por momentos difíciles, engaños o situaciones en las que alguien se ha aprovechado de ti la prudencia y la evitación sean tus armas. El problema es cuando las experiencias del pasado han sido extremadamente perturbadoras pueden llevarte a sobregeneralizar la desconfianza o el miedo a los demás. Como resultado, puede que hayas conducido tu vida con una cautela que te ha impedido vivir la vida plenamente, ¿hasta qué punto estarías dispuesto a trabajar para disminuir estos sentimientos crónicamente incómodos?
Las siguientes preguntas pueden ayudarte a enfrentarte a esas situaciones que en la actualidad continúan haciéndote sentir vulnerable.
Primera pregunta
¿Mi miedo a resistirse a enfrentar circunstancias difíciles está enraizado en ideas antiguas y nunca actualizadas sobre personas o situaciones que antes evocaban sentimientos de ansiedad que hacen que me sienta vulnerable?
Nuestro pensamiento actual suele estar basado en cosas que ocurrieron en el pasado. Quizás en el pasado, la conclusión a la que llegamos era que no podíamos afrontar una determinada situación. Pero es posible que no hayamos cuestionado esta idea desde entonces. ¿Sigue siendo así?
Segunda pregunta
A diferencia del pasado, donde puedo sentirse obligado a dar marcha atrás debido a que se sentía vulnerable, ¿Qué nuevas cualidades he desarrollado? ¿Podría ahora tener nuevos recursos tales como una mejor comprensión intelectual, mayores capacidades asertivas , mayor autoestima o capacidad de recuperación?
Lo más probable es que si estás reaccionando de forma exagerada, todavía no hayas resuelto emocionalmente una experiencia aterradora, dañina o antagónica que te haya sucedido antes. Pero hasta que sea lo suficientemente valiente como para volver a visitar ese momento, lugar o persona, sin importar lo incómodo, incluso doloroso que pueda ser, permanecerá irremediablemente encadenado. Y mientras permanezcas negativamente sensibilizado, cualquier situación similar le harán sentirse vulnerable, la evitará. Lo que impedirá que aproveches las oportunidades que de otro modo estarías dispuestas a ofrecerte.
Tercera pregunta
¿Soy capaz de gestionar mi propio malestar? En muchas ocasiones, las personas que han sufrido en el pasado, no quieren volver a entrar en contacto con situaciones que generen sentimientos similares. En el momento en el comienzan a sentir un poco de incomodidad o malestar evitar totalmente la situación. En este caso, no es la propia la situación la que nos impide avanzar sino nuestra falta de gestión emocional. Nuestra evitación a toda cosa de las emociones negativas.
Sentir no es Ser
Una cosa es sentirse vulnerable y otra muy diferente ser vulnerable. Ser vulnerable implica no solo que la persona se siente así sino que de hecho lo es objetivamente. Es decir, implica que la persona en realidad no puede enfrentarse de ninguna manera a la situación. En esas ocasiones esto se ajusta a la realidad. En la mayoría de los casos son las personas las que se sienten vulnerables ante una determinada situación. Como hemos comentado, precisamente estos sentimientos son necesario para el afrontamiento. Para ser valientes tenemos que sentir miedo. De manera que tenemos que repetirnos que aunque nos sintamos de una determinada manera, en realidad no somos de esa manera.
Adaptado de https://www.psychologytoday.com/blog/evolution-the-self/201801/how-vulnerable-should-you-let-yourself-be.
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