La vuelta al colegio
Llega el final del verano, la vuelta al colegio y a la rutina. Para los adultos es un momento difícil: volver al trabajo, las responsabilidades aumentan y dejamos atrás los días de descanso (aunque hayan sido pocos). Ahora vuelven a tomar importancia los horarios, las prisas y el estrés.
Los niños (y los padres) se enfrentan a la vuelta al colegio. Para los padres principiantes todo es nuevo y los miedos de cómo reaccionará su hijo están presenta cada vez que ven u oyen algo relacionado con el colegio. Para los más experimentados, ya forma parte de la rutina de cada septiembre, pero aun así llegará el momento de enfrentarse a la entrada al instituto que también tiene sus particulares miedos.
¿Cómo pueden apoyar emocionalmente los padres a los niños?
Lo primero y más importante es fomentar en el niño las ganas de ir al colegio. Se le debe explicar al niño que el colegio es un lugar seguro y agradable, donde aprendemos y jugamos con otros niños que son nuestros amigos. Si conseguimos que el niño tenga en mente siempre estos conceptos, a la hora de la vuelta al colegio tendrá más ganas y se lo tomará de una manera menos amenazadora.
Unas semanas antes empezaremos a hablar con los niños siempre que podamos sobre el colegio. Es conveniente ir lanzando preguntas ya que ellos muchas veces son muy pequeños para cuestionarse ciertas cosas. Por ejemplo podemos preguntarle:¿Qué te gustaría aprender en el colegio cuando vuelvas?, ¿A qué amigo tienes más ganas de ver?,¿qué le vas a contar a tu “profe” sobre el verano?, etc. Todas estas preguntas sirven, como ya hemos dicho, de guía para ordenar las ideas y pensamientos que el niño tiene. Estas conversaciones le ayudarán también a darse a tener más presente que el regreso al colegio está cerca.
En algunos casos los niños presentan ciertos cambios en el humor, están irritados, tristes o incluso temerosos. En esos momentos los padres y madres deben ayudar a su hijo a que exprese qué le ocurre, cuales son sus miedos, o por qué está enfadado. Si conseguimos entender qué les ocurre, podremos buscar soluciones entre todos para que la vuelta al colegio sea mejor.
¿Y si lloran?
En los más pequeños la vuelta al colegio puede ser muy angustioso, sobre todo si es el primer día. Se enfrentan a un ambiente extraño, con personas que quizás no conozcan. Es normal que los padres se pregunten si lo están haciendo bien, pero esos pensamientos son provocados por el miedo y la tristeza de dejar a los niños en el centro y más si estos están llorando. Los padres deben apoyarse en los profesores y profesionales del centro y seguir sus indicaciones para que todo funcione a la perfección y esos sentimientos se eliminen.
Si los niños lloran y tienen pataletas lo mejor es ignorar esas conductas, si atendemos esas conductas los niños pueden llegar a utilizarlas como una manera de manipular para salirse con la suya. Se les debe decir en todo momento lo bien que se lo van a pasar, que van a pintar, cantar, dibujar y jugar con otros niños. Es importante que los padres estén contentos y qué sonrían. Imaginad por un momento lo que es para un niño pequeño que le dejen en un lugar extraño con gente desconocida y encima ve como su papa o su mama se marcha triste o llorando. El niño siente TERROR.
Claves para hacer que el cambio sea más fácil
Horario
Es de máxima importancia, por lo menos una semana antes del inicio del colegio, empezar a modificar los horarios. Este cambio debe ser gradual, para que la rutina vaya volviendo poco a poco y no de manera brusca. Comenzar el colegio con el horario de sueño y de comidas ya habituado es una forma excelente de eliminar estrés, tanto para los niños como para los padres.
Materiales escolares
Es interesante que los niños formen parte de la compra y organización de los materiales escolares. Fomentamos la autoestima al pedirle cosas que ellos pueden realizar, como ordenar sus libros, llenar los estuches, etc. Esto es útil para darle al niño ciertas responsabilidades que ayuden en su crecimiento y madurez. Los niños deben aprender que las tareas escolares y lo relacionado con ellas son su responsabilidad y para ellos es importante dejarles decidir. Nuestra recomendación: darle un par de opciones (por ejemplo de mochilas) y que elija la que más le gusta o dejarle elegir la forma o el color. Debemos tener en cuenta que si les decimos “elije lo que quieras” tendremos que ser consecuentes y no limitar o manipularles después en su elección.
Los nuevos materiales pueden ayudar mucho a los niños y niñas a motivarse para la vuelta al cole. Además, les acerca de una manera positiva al contexto y las responsabilidades escolares.
Hablar sobre la vuelta al trabajo
Los padres y madres actúan como modelos de los niños, por ello es importante que les enseñemos cómo es nuestra vuelta al trabajo. A los niños les ayudará saber que no solo ellos tienen que volver a retomar sus responsabilidades, sino que todas las personas de su entorno también lo harán. Aquí será importante adoptar un enfoque positivo sobre el trabajo y sus beneficios (encontrarnos con los compañeros, hacer algo que nos gusta, obtener ingresos para luego hacer cosas divertidas en el fin de semana).
El colegio no nos separa, nos une
Es bueno que los niños entiendan que el colegio puede unirles mucho con sus padres. A la salida del colegio hay que fomentar que el niño nos cuente cómo le ha ido el día, qué ha aprendido nuevo, o si ha hecho algún amigo. Lo importante de todo esto es pasar con el niño un momento de intimidad donde el puede contar y preguntar miles de cosas que nos sirvan para entender y ver como actúa el niño. Siempre se ha dicho que más vale calidad que cantidad, pues con los niños es un dicho que se cumple al 100%.
En conclusión
Los niños ante la vuelta al cole pueden reaccionar de muchas maneras. Por eso lo primero que deben hacer los padres es intentar hablar con ellos y entender qué les está ocurriendo y en qué piensan. Hay que tener en cuenta que los cambios grandes como un cambio de colegio, el cambio al instituto, etc. puede provocar que los niños estén nerviosos, incluso en algunos casos irascibles. Es totalmente normal, tienen miedo ante algo desconocido. Lo mejor como siempre es que se expresen y resolverles sus dudas. Los padres deben ser lo más comunicadores, empáticos, flexibles y pacientes que puedan. Los niños los necesitan como modelo de conducta y si aprenden éstas, llevan mucho ganado.